viernes, febrero 12, 2016

Avances en el Quilt Jardín de la abuela


Últimamente he vuelto a retomar los hexágonos. No de manera constante pero sí con cierto interés de avanzar en este quilt que empecé el verano pasado y del que os hablé en este artículo.



Cada una de estas flores o rosetones, casi como más me gusta llamarlo, tiene tres estampados diferentes ...... y todos cosidos a mano.





Una vez listo, voy colocando alrededor otra ronda en tono crudo que centra dicha flor.
Antes de añadirla  me gusta plancharla por el derecho y por el revés para darle bien la forma y dejar marcados los hexágonos antes de que tenga que quitar los carboncillos que van por detrás.













En un principio iba a  hacer sólo algo para poner en los pies de la cama, pero al ver el buen tamaño de cada rosetón y  comprobar que cundían una vez cosidos, me he planteado hacerlo más grande.
De momento llevo una hilera de tres ya cosidos. He calculado que necesitaré dos o tres más para conseguir el ancho de  mi cama.
Unir estas piezas  formando una hilera  es más aparatoso así que de momento voy  combinando telas y haciendo rosetones.






Me gusta bastante montar este Jardín de la abuela  porque es muy cómo de transportar  y es fácil incluso de coser en el coche cuando vas de viaje.
Aquí veis todos  los que ya llevo hechos. No he hecho cálculos de todo lo que necesito  pero seguramente alrededor de 30.
Estoy segura que quedará preciosa y lo mismo con un poco de suerte la estreno el año que viene.



lunes, febrero 08, 2016

De paseo por Valencia


Hace ya algún tiempo que tuvimos la oportunidad  de pasar un fin de semana en Valencia. Sin embargo no  había tenido ocasión   de contaros algunos detalles  y  hoy por fin   he encontrado un rato para editar el artículo.
Hace bastantes años que visitamos  la ciudad, casi de pasada.
Realmente no conocíamos gran cosa de esta capital.
Vinimos encantados y con una temperatura ideal para ser invierno, fue un descubrimiento.






Paseando entre sus calles  y sin darnos cuenta, llegamos al  interior   de una manzana de viviendas, la Plaza Redonda, que  encierra actualmente numerosos puestos   dedicados a la mercería.





Imaginaros la cara que puse  y el rato que pasé  eligiendo unos cuantos metros en uno de ellos. Lástima que tuvo que ser a toda velocidad porque  la hora de comer se nos echaba encima.




La variedad que ofrece Rosa Tomás es impresionante.





Estas son las puntillas  y cintas que se vinieron a casa.
Aún no tienen destino, pero como muchas, se quedan esperando hasta que les llegue su turno.





Entre otras cosas  La Lonja  nos dejó verdaderamente impresionados.....




....... y entre tanto paseo  paramos a  tomarmos un café en El café de las horas, para coger  algo de fuerzas y continuar descubriendo las numerosas calles  que encierran sitios recoletos y plazas con encanto.



La  Ciudad de las Artes merecía un viaje a propósito, y no era ésta la ocasión. Recuerdo que la última vez que estuvimos en Valencia de paso, vimos  cómo empezaba a construirse. Sin embargo dimos una vuelta en coche para admirar la grandiosidad de los edificios y  apuntarnos un  " hay que venir con los chiquillos".





La ciudad nos encantó también de noche y las luces le otorgaban una magia especial.




El domingo, como es habitual, junto al estadio del Mestalla, se organiza un rastro donde se pueden comprar cosas antiguas. No quería irme sin pasar por allí.









Sin olvidar el regateo típico de estos mercadillos, encontré esta Enciclopedia de las Labores por tres euros.




 Hace un repaso a todo tipo de labores, desde bordados, hasta costura para la casa o prendas de vestir, pasando por ganchillo o labores de punto....curiosa, curiosa....









Increíblemente  entre otras cosas usadas, trastos y demás cosas viejas, había en uno de los puestos, una caja  con un revuelto de lo que parecían puntillas y cosas de ganchillo.
Hice una pequeña selección de unas pocas tiras bordadas  y alguna puntilla de ganchillo del tamaño de una naranja y pedí precio. Un euro por todo.
No me lo podía creer.  Le di su euro  no fuera a ser que  cambiara de idea   y volví a repetir la operación  pero esta vez   haciendo una bola del tamaño de una pelota y por algunos euros más  salí del rastro más contenta que unas pascuas.



Unas piezas de puntillas de ganchillo, seguramente para un juego de cama, una bolsa de ganchillo que parecía para el pan o las labores ......



Y un puñado de puntillas antiguas y tiras bordadas  engrosan ahora mi colección.











Nos despedimos con una visita obligada a la playa de la Malvarrosa y  un sol maravilloso que  daba pena dejar.
¡ Cómo me gustaría tener mar en mi ciudad!




Fue un intenso fin de semana.
 Nos prometimos volver  de nuevo algún día y  continuar descubriendo maravillas de esta ciudad que nos gustó tanto.